Quedé con Jose para pescar a última hora de la tarde. Tocaba probar en un escenario prometedor, aunque con un viento del norte un tanto molesto. Comenzamos en una zona tanteando las orillas, aunque las algas nos impedían pescar con comodidad.

A medida que pasaban los minutos, nos fuimos colocando en la zona que queríamos pescar y fue allí donde comenzaron a sucederse las picadas.

La primera captura fue para Jose, con un pequeño paseante. Un ejemplar inmaduro que se fue por donde había llegado.

Poco después, otra lubineta que no dudó en atacar el señuelo de mi compañero.

Yo lo intenté inicialmente con vinilos, ya que las algas eran un problema por momentos, aunque después fui alternando.

Tras varios ataques seguidos a nuestros artificiales, otra lubina pequeña, se abalanzó sobre el señuelo de mi acompañante. Era un momento de máxima actividad, a pesar del viento del norte.

Pudimos ver algún ataque de peces interesantes, sin embargo las pequeñas se abalanzaban a toda prisa sobre nuestros señuelos. En esta ocasión sobre el mío jejeje.

En pocos minutos ya estaba otra lubineta prendida de mi señuelo. Con ejemplares así, los equipos no tenían demasiado trabajo, aunque diversión si que había.

Y otra lubinita más que llegaba a mi mano, después de tomar mi engaño.

Se ve que la caña de Chano siempre me trae suerte. Desde que la reparé y la uso, siempre tengo capturas. (Reparación).

Seguía el festival de picadas sin apenas movernos del lugar. Y otra lubina jovencita que encontraba suculento el vinilo de Jose.

Y como había tiempo para seguir, pues otra que llegó a la mano de mi compañero, para volver al agua tras la foto.

Aún sacamos alguna más, si bien ya había poca luz y preferimos concentrarnos en dar algunos lances más. Sin duda una jornada divertida en buena compañía.

Por Don Pesca

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