El pasado fin de semana estuve controlando varias colonias de cormorán moñudo del occidente de Asturias para estimar el éxito reproductor. Como es normal en esta especie, lo que hace aún más complicado su seguimiento, la asincronía entre las parejas es muy acusada, pudiendo encontrarte en una misma colonia, parejas incubando, junto a otras con pollos recién nacidos, otras con pollos grandes e incluso algunas en las que los pollos ya han abandonado el nido y son alimentados por sus padres en las guarderías. Esto hace que tengas que multiplicar el esfuerzo de seguimiento y hacer muchas visitas al año a cada colonia.

También seguimos confirmando que la mortalidad en aparejos sigue siendo la mayor causa de mortalidad no natural, algo que no es de extrañar cuando te encuentras las colonias rodeadas de aparejos, en algunos casos, como el de la foto, a escasos 10 metros de los nidos. Porque entre otras cosas, en Asturias no hay límite de distancia ni de batimetrías para largar aparejos, solo se prohíbe en zonas de baño durante el verano y en la desembocadura de los ríos. 
Y la consecuencia es la que veis en la última foto, tomada por mi amigo Gilberto en el puerto de Tapia hace unos años. Un adulto de moñudo, tirado por la borda tras despescar un trasmallo, con restos de aparejo enredados en el cuello. Solo un pequeñísimo número de estos cadáveres aparecen y son recogidos, la mayoría se hunden o son carroñeados al orillar en las playas.
A pesar de esto, las administraciones nos dicen que no se puede aprobar la estrategia de conservación de la especie, que hay que esperar porque no hay suficientes datos. Una estrategia que ya esta redactada y entregada al ministerio, pero que algunas CCAA, como la gallega, no han querido que saliera adelante. Y cuando te dicen eso después de más de 30 años trabajando con esta especie, cuando llevas pasándoles datos, estudios, publicando artículos, redactando informes y confirmando que se está extinguiendo delante de tus ojos, llega un momento en que se te agota la paciencia. 
Y ya no te dejas engañar, porque sabes perfectamente que la conservación, no solo de esta especie, sino de todas las especies a las que no puedan sacar rentabilidad económica, les importa una absoluta mierda. Y solo nos queda una esperanza, que aparezcan cuanto antes los hombres de negro de la UE y nos obligue a golpe de sanciones a adoptar unas medidas de obligado cumplimiento, pero que literalmente nuestros gobernantes llevan años pasándose por el arco del triunfo

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